Ensayo de Arbolsol
El año pasado empezó el curso más práctico que teórico de la universidad, la comunicación para el desarrollo o C+D era algo totalmente distinto a los demás cursos que abarca las ciencias de la comunicación. Teníamos que centrarnos en una comunidad aledaña, por propuesta de tres amigos que eran partícipes del voluntariado Cáritas de ese entonces, se escogió Arbolsol, un centro poblado de Mórrope, donde la artesanía y el cultivo de algodón sobresalían notablemente.
Mi grupo y yo fuimos a conocer. Nos acercamos de a pocos, era raro hablar con ellos, éramos unos extraños, aun así casi todos se mostraron abiertos para conversar con quien sea. Cada vez que íbamos entendíamos los diferentes problemas por los cuales podríamos trazar nuestras líneas de acción, pero entre mayoría de comentarios recogidos y de urgencia primaria por parte de los mismo comuneros, optamos por el inicio del proyecto de la implementación del botiquín comunal.
La posta de Arbolsol solo abría hasta el mediodía, los trabajadores daban mal trato a los pacientes y no se abastecía de medicamentos, muchas veces los comuneros debían ir hasta Mórrope para ser atendidos y más los niños quienes estaban más propensos a enfermedades.
Al observar a los niños con una no muy profunda cultura de lavado de manos y viviendo en el campo con animales, se coordinó con el grupo actuante a trazar una serie de actividades que ayuden a contrarrestar los males como las diarreas, vómitos, dolor de cabeza, náuseas, mareos, fiebres, etc., enfocándonos en todos los habitantes, especialmente en los niños, del nexo San Antonio.
Los temas concurridos entre los habitantes eran muy pocos, o al menos eso nos mostraron, no había mucho que contar, los chismes eran escasos entre las señoras, los señores estaban siempre sembrando y arando sus campos, los niños solo se encontraban en el colegio y luego de clases iban a casa hasta el siguiente día, ¿cómo saber de qué hablaban antes de nuestra llegada?, se mostró poco con respecto a sus agendas, tenían el tema de la artesanía y de la posta que no les ayudaba en momentos fuera de su horario de atención, la mayoría de conversaciones tenían casi la misma respuesta, y si preguntábamos por los hombres las señoras respondían que no estaban, o estaban en Moshoqueque, o en la chacra, etc.
De a pocos fue tomando forma, nuestra primera actividad fue la charla de Vida Sana, donde nuestra alianza estratégica fueron tres enfermeras egresadas de la Facultad de enfermería de la UNPRG. Ellas expusieron paso a paso el lavado de manos, dieron participación principalmente a los niños para su aprendizaje de lavado de manos.
Aunque estábamos avanzando con nuestro proyecto, todavía nos falta reforzar el lazo y lograr algo más allá que vecinos de una misma comunidad, hacía falta unirlos un poco más, lo más cercano posible a la amistad, donde la apatía sería reemplazada por la cooperación y trabajo en equipo, por eso la segunda actividad fue una gincana, donde las enfermeras antes mencionadas y Cáritas nos apoyaron.
El voluntariado Cáritas nos apoyó prestándonos sillas y animando la gincana, fue divertido, todos jugaron entre las madres, los niños y las niñas y hasta en una ocasión nosotros los organizadores. Antes de finalizar, hicimos con piedras un camino hacia donde estaban las enfermeras y ahí había una tina con agua, un jabón al costado, y se les dijo a los niños que si se lavaban las manos de manera correcta tal y como las enfermeras les enseñaron con anterioridad, ganaría su premio. Muchos hicieron su fila, esperaron pacientemente y se lavaron las manos sin la necesidad de una exposición audiovisual de lavado de manos, ya los niños habían captado bien el mensaje, a excepción de unos cuantos a los cuales las enfermeras gustosas prestaron sus conocimientos una vez más.
¿Acaso será que los niños participantes de sus madres acompañadas, han sabido apropiar el conocimiento?, tal parece que sí, esta segunda actividad además de haber sido de integración, ha sido también fundamental para observar si los habitantes más pequeños pueden dar un correcto lavado de manos después de jugar y hacer otras actividades físicas.
Ellos están mostrando interés, las madres confían en nosotros, los adultos todavía siguen en sus chacras pero esperamos pronto se nos unan. Nuestra tercera actividad se hará la proyección del botiquín comunal, y esperemos que después de esto, también se apropien los conocimientos y se vuelvan parte de su discurso el propósito de implementar un botiquín comunal, así como vio cuando se lavaron las manos.
Mi grupo y yo fuimos a conocer. Nos acercamos de a pocos, era raro hablar con ellos, éramos unos extraños, aun así casi todos se mostraron abiertos para conversar con quien sea. Cada vez que íbamos entendíamos los diferentes problemas por los cuales podríamos trazar nuestras líneas de acción, pero entre mayoría de comentarios recogidos y de urgencia primaria por parte de los mismo comuneros, optamos por el inicio del proyecto de la implementación del botiquín comunal.
La posta de Arbolsol solo abría hasta el mediodía, los trabajadores daban mal trato a los pacientes y no se abastecía de medicamentos, muchas veces los comuneros debían ir hasta Mórrope para ser atendidos y más los niños quienes estaban más propensos a enfermedades.
Al observar a los niños con una no muy profunda cultura de lavado de manos y viviendo en el campo con animales, se coordinó con el grupo actuante a trazar una serie de actividades que ayuden a contrarrestar los males como las diarreas, vómitos, dolor de cabeza, náuseas, mareos, fiebres, etc., enfocándonos en todos los habitantes, especialmente en los niños, del nexo San Antonio.
Los temas concurridos entre los habitantes eran muy pocos, o al menos eso nos mostraron, no había mucho que contar, los chismes eran escasos entre las señoras, los señores estaban siempre sembrando y arando sus campos, los niños solo se encontraban en el colegio y luego de clases iban a casa hasta el siguiente día, ¿cómo saber de qué hablaban antes de nuestra llegada?, se mostró poco con respecto a sus agendas, tenían el tema de la artesanía y de la posta que no les ayudaba en momentos fuera de su horario de atención, la mayoría de conversaciones tenían casi la misma respuesta, y si preguntábamos por los hombres las señoras respondían que no estaban, o estaban en Moshoqueque, o en la chacra, etc.
De a pocos fue tomando forma, nuestra primera actividad fue la charla de Vida Sana, donde nuestra alianza estratégica fueron tres enfermeras egresadas de la Facultad de enfermería de la UNPRG. Ellas expusieron paso a paso el lavado de manos, dieron participación principalmente a los niños para su aprendizaje de lavado de manos.
Aunque estábamos avanzando con nuestro proyecto, todavía nos falta reforzar el lazo y lograr algo más allá que vecinos de una misma comunidad, hacía falta unirlos un poco más, lo más cercano posible a la amistad, donde la apatía sería reemplazada por la cooperación y trabajo en equipo, por eso la segunda actividad fue una gincana, donde las enfermeras antes mencionadas y Cáritas nos apoyaron.
El voluntariado Cáritas nos apoyó prestándonos sillas y animando la gincana, fue divertido, todos jugaron entre las madres, los niños y las niñas y hasta en una ocasión nosotros los organizadores. Antes de finalizar, hicimos con piedras un camino hacia donde estaban las enfermeras y ahí había una tina con agua, un jabón al costado, y se les dijo a los niños que si se lavaban las manos de manera correcta tal y como las enfermeras les enseñaron con anterioridad, ganaría su premio. Muchos hicieron su fila, esperaron pacientemente y se lavaron las manos sin la necesidad de una exposición audiovisual de lavado de manos, ya los niños habían captado bien el mensaje, a excepción de unos cuantos a los cuales las enfermeras gustosas prestaron sus conocimientos una vez más.
¿Acaso será que los niños participantes de sus madres acompañadas, han sabido apropiar el conocimiento?, tal parece que sí, esta segunda actividad además de haber sido de integración, ha sido también fundamental para observar si los habitantes más pequeños pueden dar un correcto lavado de manos después de jugar y hacer otras actividades físicas.
Ellos están mostrando interés, las madres confían en nosotros, los adultos todavía siguen en sus chacras pero esperamos pronto se nos unan. Nuestra tercera actividad se hará la proyección del botiquín comunal, y esperemos que después de esto, también se apropien los conocimientos y se vuelvan parte de su discurso el propósito de implementar un botiquín comunal, así como vio cuando se lavaron las manos.

Daniel,
ResponderEliminarEntre la observación y la traducción cultural hay notorias diferencias.