Ensayo para Radialistas
La compleja y pequeña máquina auditiva humana, compuesta por
órganos y huesos que se encargan de la recepción de los sonidos y de la interpretación
de ellos de manera emocional, dando una tonalidad tanto de “fría” como de “caliente”,
según quién lo diga, según cómo lo digan y según lo que digan,
independientemente entre cada una de ellas.
Esto quiere decir que por el oído las personas bien somos
seducidas, llámese entonces al oído como el sentido de la intimidad; somos
expuestos a miles de emociones que nos hacen sentir, somos soñadores en cuanto
los ojos no tienen nada que ver, entonces el oído es el tercer ojo que siempre
está abierto y es el de la “imaginación”.
Los ojos de la cara pueden estar cerrados. El tercero, el
de la mente, sigue bien abierto y espera que los demás sentidos —especialmente
el oído— lo estimulen.
Si somos partícipes
de una narración radial, en la cual nuestra única misión es la de escuchar,
desarrollaremos nuestra creatividad, y eso es lo que hace la radio, una radio
inteligente, que utiliza este medio, no como medio masivo, sino más bien como
medio para la utilización de la gente, bien lo entendió Umberto Eco diciendo: “El arte sólo ofrece alternativas a quien no
está prisionero de los medios de comunicación de masas”.
Uno de los fines de estas radios, es el de impactar, nos
basamos entonces en la temperatura de la voz, es decir, la emoción que se cause
al ser escuchada, mientras menos sea la emotividad causada, por ejemplo, por
unas palabras serias y vacías durante la recitación de un poema romántico o
nostálgico y no causen el esperado entretenimiento o el máximo de atención,
solo produzca un aburrimiento y nada más, dado ese caso podemos concluir que el
mensaje no ha sido receptado y mucho menos interpretado y da como resultado
entonces una radio fría, sin embargo, se da el entusiasmo debido, el goce, el
dolor o el sentir que el poeta expresó en sus letras, y eso toca a los oyentes,
entonces se da una comunicación efectiva, impactó, entonces podemos decir que
el mensaje sí llegó, y la radio es un medio caliente, todo esto juega con la
tonalidad de la voz.
Cabe también resaltar, que no es necesario ser un comunicador
profesional, con una buena voz y saber las técnicas, pero si esas palabras son
vacías, entonces solo está hablando y no comunicando.
Pero se acompleja también el hecho de comunicar, existen
barreras, una de estas es el Ruido. En radio, el ruido es todo aquello que
impide una buena comunicación, y no solo es el barullo del vulgo, ni los
ladridos de los perros o el pasar de un avión, es también los entrecortes o
cualquier motivo por el cual la comprensión del mensaje de un giro inesperado.
Si seguimos con el ruido, tenemos que también basarnos en el
sentido que la gente suele tomar a lo
que se dice, existen palabras que tienen
su significado, y los sinónimos no cambiarán ese significado, pero las
clases sociales y la geografía pueden segmentar y hasta cambiar el sentido.
Digamos que en esta segmentación los de clase baja dirán palabras que sonarán
demasiado ordinarias para alguien educada y rica, tal vez lisuras o simplemente
jergas, y el de clase alta se dará el lujo de soltar la labia de oro y hasta
gringadas, solo porque ya ése es el estereotipo de pituco. Y si hablamos de
manera geográfica, está por ejemplo, esas palabras que en lugar son de lo más
normal y en un lugar vecino es otra cosa. En el país de Chile, la palabra “cabro”
significa “niño”, “muchacho”; pero en el Perú resulta ofensivo, ya que al
referido se le está diciendo homosexual.
Para evitar esos ruidos, tenemos que saber dónde estamos, y
a quién nos dirigimos, el lugar y el público objetivo; y entonces teniendo base
de eso, podemos hablar según el status social, es que se agiganta el interés de
los oyentes cuando estos entienden, cuando es su habla, el mensaje ha de viajar
y sea quien sea el que lo escuche, decidirá si sigue recibiendo esa información
o si la corta, pues, la percepción de cada uno influye mucho, cada uno tiene su
mundo y todos entienden las cosas a su manera, subjetivamente.
Para poder dar una creación y una conexión, utilizamos la
palabra, ésta tiene que ser bien pensada y seleccionada según su ambiente como
ya lo hemos dicho anteriormente. Y cuando las mismas voces de la ciudad quieran
también expresarse mediante la radio, pues entonces se convierte en
responsabilidad social: el de que las personas hablen tanto sean sus temas
políticos, sus pedidos para las canciones, sus saludos, etc.
Pero pongámosle un apellido a la radio, y le decimos ahora “radio
comunitaria”, y no es que porque se llame “comunitaria” se refiera a las
comunidades alejadas de las ciudades, bien puede pertenecer esta radio a los
caseríos o a toda una capital, pero en sí, se le denomina así porque los
oyentes tienen en común.
Se suele decir de estas radios que son ilegales, pero no es
ilegal el poder uno decir lo que piensa para y por los demás, lo ilegal es
atentar contra la ley o estar al margen de ella, pero existe una Carta Magna en
la que se reconoce la libertad de expresión y el derecho de todo ciudadano de
difundir sus idea sin limitaciones.
Y ¿qué pasaría si una radio comunitaria utiliza publicidad,
entonces se vuelve radio comercial? Pues no, hay varias formas de conseguir
dinero, desde la recaudación o colectas para el subsistir de esta radio, pero
también es que una radio comunitaria puede compartir la función de la radio
comercial, pues también es una manera muy considerable de conseguir capital, y
es más, ellos publicitan a quienes quieren, si su radio tiene temas de salud,
para ser coherente con lo que se defiende, no publicitarían cigarros o alcohol,
e inclusive pueden publicitar a personajes de su mismo ambiente, ayudando así
al zapatero del pueblo, el carnicero, el carpintero, etc.
Pero en sí, lo comunitario se lo da el mismo pueblo, los
objetivos son la que los transforman, la comunicación comunitaria es una
vocación social, dando así, unos compromisos que son muy importantes
concretarse en las radios comunitarias. Está en la contribución al desarrollo,
porque a través de esta, podemos hacer avisos de proyectos de salud,
anunciarlos para el alcance de todos, la limpieza ambiental; y para poder
lograr esto, se necesita conocer la ideología o el pensar de las personas,
hablar con ellas, entenderlas y persuadirlas mediante cuñas bien grabadas y
jingles dirigidas hacia un bien social, desarrollándose
así, su cultura. Otro compromiso sería e l de ampliar la democracia, pues aquí
ya no se aceptaría la gobernabilidad sino más bien, la democracia, que se tenga
en consideración lo que la gente pida, y tomar la mejor opción, un espacio debe
darse donde la sociedad civil pueda consentir o disentir de las voces
oficiales.
A través del tiempo, se ha perdido la esencia, pues a medida
que avanza el tiempo, lo que hoy manda en el mundo es el mercado y este tiene
por dios al dinero. Está ya muy perdida la noción de querer acercar a las
personas, de saber cómo están, e incluso, ya ni siquiera es tomado en cuenta la
concientización, las personas actualmente se encuentran muy mecanizadas, y
aunque prenden la radio y se pierden unos momentos para el disfrute según llame su interés, ya no existe la
participación esencial para que se dé la comunicación, pues ahora todos dicen
que escuchan una radio “X” solo por la música, y otros escuchan una radio “Y”
también solo por la música, habiendo tantas, y es que el problema es que no son
promovidas o reconocidas por el mismo estado, las tachan de clandestinas y que
solo quieren siempre estar quejándose del gobierno, pero es que estas radios,
ayudan a muchas personas y en especial a las que están más alejadas de la
civilización, pero sería un avance el ver que el mismo estado promueva estas
radios, porque aunque hayan algunas que perjudiquen la imagen de su
gobernabilidad, hay otras radios que promoverán una concientización, un avance
en la sociedad, un desarrollo.
![]() |
Fuente: stereovilla.pe |
Daniel,
ResponderEliminarTu itinerario puede mejorar si precisases mejor en torno tus puntos de análisis. No está mal, pero puedes mejorar en eso.
Tus materiales de asistencia son poco convenientes. Deben aportar y vincular, pero no lo hacen.